miércoles, 22 de septiembre de 2010

Pierolismo y Patrón Oro


"En 1895 cuando los civiles, ya reorganizados y cansados del militarismo, expulsan del poder a Cáceres que lo ocupaba por segunda vez. Tras esta sangrienta guerra civil, Nicolás de Piérola asume la presidencia."[1]

"Retomando la política interna de Piérola, su mandato restableció el patrón oro en la moneda para impulsar la vida económica del país. En este sentido la creación de la llamada Libra Peruana de Oro, que reemplazó al Sol de Plata, dio solvencia al sistema monetario. Esta crucial medida estimuló la actividad financiera privada, permitió la reducción del déficit fiscal y elevó el nivel de vida de la población, especialmente de la clase media."[2]

"Se creó, asimismo, la Asociación Recaudadora de Impuestos (una especie de SUNAT de la época) para mejorar la recaudación fiscal. Se suprimió la ingrata "contribución personal" de los indios y se estableció el “estanco de la sal” para reunir fondos y financiar la recuperación de las provincias cautivas de Tacna y Arica."[3]

Sin embargo, no todo fue felicidad como en un cuento de adas, la moneda tiene dos caras y nos faltaba verla.

"Caracterizado por su alta dosis de vanidad, soberbia, ambición y prepotencia, fue objeto de protestas en las calles y en el parlamento. Megalómano, de gran habilidad para trazar estratagemas, con vocación de tirano, se hizo llamar "El Califa". Cegado por sus desmedidas ambiciones -ya lo dijimos-,no tuvo miramientos de pactar con Iglesias y los chilenos en plena guerra, a cambio de perseguir a su compatriota Cáceres, quien libraba la resistencia en el centro."[4]

"Como gobernante mintió y defraudó a la nación tan pronto como juró la jefatura del Estado al desconocer su plataforma de gobierno: el federalismo -que le sirvió para su elección-. Negó todo y se inclinó a los grupos dominantes para incumplir su promesa, y luego persiguió encarnizadamente a sus más conspicuos aliados, Guillermo Seminario y Aramburú y Mariano José Madueño, por haber sido consecuentes con él e instaurar el primer estado federal en Loreto, que habría servido de piloto para la organización de los demás estados. Las tropas enviadas a Iquitos, en junio de 1896, por mar y tierra, los derrotaron; los calificó de "rebeldes" y no tuvo piedad para sus colaboradores."[5]

"De fácil palabra, menudo de tamaño y de porte distinguido, utilizaba muy bien los sofismas y encandilaba con su facundia. Hacía gala de un carisma especial, tras el cual escondía una soberbia sin par y disfrazaba sus ilimitadas ambiciones de dominio. Hábil negociador, supo imponer su voluntad ante la debilidad del bien intencionado José Balta, de quien fue su ministro de Hacienda. Desde ahí negoció, cazurramente, el desprestigiado Contrato Dreyfus, con el que puso el guano peruano en los mercados europeos a precio vil. Taimado y manipulador de la política criolla, no trepidaba en cambiar de actitudes de acuerdo con sus intereses, urdiendo estrategias diabólicas. Así actuó al infamar y derrocar a Mariano Ignacio Prado en 1879 -en plena guerra contra Chile-, convenció a gran parte de la ciudadanía al convertir a Prado en una suerte de réprobo, con el fin de cohonestar sus subalternos propósitos en el conflicto y su odio eterno a Cáceres; sin embargo, arrepentido, años después, buscó acercarse y prodigarle toda clase de distinciones cuando Prado retornó al Perú, tal como ha quedado registrado en la historia."[6]

[1] [2] [3] Juan Luis Orrego Penagos / http://blog.pucp.edu.pe/juanluisorrego
[4] [5] [6] VARGAS 1994: 194

 

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